jueves, 2 de julio de 2015


Galletas Oreo

Las populares galletas Oreo podrían equipararse pronto en California al alcohol o a los cigarrillos si prospera una demanda judicial que exige que se dejen de vender a los menores por considerarse nocivas para la salud.


Estos bocadillitos blancos y negros que han hecho las delicias de tantas generaciones de niños constituyen una bomba de relojería para el corazón por su alto contenido en grasas parcialmente hidrogenadas, señaló el abogado Stephen Joseph en su demanda.


Joseph interpuso el pleito en el Tribunal Superior de Marin, al norte de San Francisco, basándose en una cláusula del código civil californiano que responsabiliza a los fabricantes de productos populares si el consumidor medio desconoce los peligros para la salud del alimento.



El peligro de las grasas hidrogenadas



"El caso contra las grasas parcialmente hidrogenadas es más consistente que el del tabaco porque la gente desconoce su peligro", dijo Joseph, que exige a las autoridades californianas que prohíban la venta de las Oreo a los menores.


Un 40 por ciento de las comidas que se venden en los supermercados -desde las patatas fritas a las palomitas o la mayoría de las galletas- contienen grasas parcialmente hidrogenadas, según los datos del Departamento de Agricultura estadounidense. Pero, en esta ocasión, la omnipresencia no indica nada bueno.


El Instituto de Medicina confirmó el año pasado que este tipo de grasas -que se forman cuando se añade gas de hidrógeno al aceite vegetal, ayudando a que se solidifique- están directamente relacionadas con los problemas cardiovasculares, ya que incrementan el colesterol "malo" (el LDL) que tapona las arterias.


A raíz de estos descubrimientos, la Administración de alimentos y medicamentos estadounidense (FDA) decidió obligar a los fabricantes a que advirtiesen en el etiquetado si el producto contiene este tipo de grasas; sin embargo, la medida todavía está en el aire debido a la oposición de las corporaciones.


Los portavoces de Kraft, la fabricante de las galletas, señalaron que la demanda "no tiene fundamento", y recordaron que el público estadounidense ha consumido 450.000 millones de galletas Oreo desde 1912, cuando salieron al mercado los pequeños bocadillos rellenos con crema.



Como un jardín sin flores



La compañía, que señaló que está probando otras alternativas, informó de que luchará "enérgicamente" contra la demanda. "No tenemos más remedio que luchar contra demandas sin sentido como estas", añadió Mudd, quien vino a decir que una galleta sin grasa es como un jardín sin flores, ya que se quedarían sin el sabor y la textura que las caracterizan.


La compañía está más que acostumbrada a los pleitos relacionados con la salud pública, ya que también es propietaria de la fabricante de cigarrillos Philip Morris. Algunas compañías ya se han adelantado y han retirado este dañino ingrediente de sus productos.


Frito-Lay anunció el año pasado que eliminaría las grasas de aperitivos como los Doritos, y McDonald's también dijo que reduciría la cantidad de grasa de sus patatas fritas






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