miércoles, 1 de julio de 2015

Productos derivados del agave

  Las mil y un vidas del agave ECONOMÍA.- Los agaveros se aferran: la planta es para la producción del tequila, y nada más. Hay otras opciones: alimento, medicina, hasta combustible para automóviles.

  Por falta de conocimiento, de interés, de recursos económicos o por lo que sea, son desaprovechadas las innumerables ventajas de la tradicional planta de agave. Sus derivados pueden utilizarse en la industria, alimentación, salud y tecnología, entre otros rubros, para beneficio personal o colectivo, aseguró el especialista Luis Alberto Rendón Salcido. 

  Mientras los agaveros se empeñan desde hace décadas en que sus plantas sean compradas por la industria tequilera para la elaboración de la tradicional bebida mexicana, con la planta se ha obtenido alcohol, composta, miel o jarabe, harinas, y por si fuera poco, podría ser la solución al conflicto de los energéticos: es viable la producción de bioetanol de agave para los automóviles, en lugar de gasolina.

  Como sabemos, el petróleo no es renovable, a diferencia del agave y de otros productos del campo utilizados en la elaboración de bioetanol, para combustible de los vehículos. Aunado a lo anterior, otro beneficio: aminoraría la contaminación atmosférica. 

  Rendón Salcido, académico de la División de Producción Agrícola, del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), estudia desde hace 20 años las bondades del agave. Recientemente propuso la creación del Centro de investigación y de estudios estratégicos en agave. En el caso de que aprueben el proyecto, demostrará los beneficios de dicha planta. 

  –Los derivados del agave ¿son viables económicamente, es decir, hay mercado? 
–Sí hay. Lo que pasa es que sólo nos enfocamos al mercado del tequila, por ser un producto ampliamente conocido, pero puede tener un uso industrial o farmacéutico, como los solventes o desinfectantes. Al mismo etanol se le quita el exceso de agua (que es el tequila) y entonces tendríamos un alcohol absoluto, que se puede mezclar con las gasolinas hasta en un 85 por ciento. 


Para los optimistas en materia de energéticos, México tiene reservas petroleras para los siguientes 20 años, aunque los pesimistas hablan de una década. Los gobiernos, como Estados Unidos, que han analizado los alcances de este problema, buscan alternativas que les permitan la movilidad mediante el bioetanol. Los casos con mayor relevancia para la elaboración de bioetanol son los que derivan del maíz y la caña de azúcar. A estos dos se les debe sumar el agave. De hecho, la propuesta del Congreso de la Unión de la Ley de bioenergéticos consideraba al maíz, la caña de azúcar y la remolacha, pero los senadores eliminaron el maíz “porque es un grano de producto básico para la alimentación de los humanos”, dijo el investigador. “Estados Unidos promueve el cultivo del maíz, para de ahí obtener el bioetanol.

  Nosotros tenemos un recurso natural grandioso, como es el agave, y el henequén, que también es un agave. Además, son recursos renovables. Jalisco posee la ventaja del agave, que no compite con la caña, sino que se complementa. Tenemos esas alternativas, y esto implica que también al productor de agave se le revalore el precio de su materia prima, para que no sólo esté sujeto a la producción de tequila”, añadió.

  Conforme a la oferta y demanda, en Jalisco se han vivido conflictos entre productores de caña y de agave con los sectores industriales y gubernamentales. Por ejemplo, cuando existe escasez de agave, el industrial ha llegado a pagar hasta 17 pesos el kilo; cuando la oferta es mucha, pagan 50 centavos el kilo.
  

  Contar con bioetanol sería “como tener en casa nuestra propia manguera de alcohol para que caminen los automóviles… y es renovable. En nuestro propio estado tenemos caña de azú- car y agave, entonces podemos obtener bioetanol”, dijo Rendón Salcido.

  Más usos del agave 
Desde hace cinco años, aproximadamente, se consiguió extraer del agave miel o jarabe, el cual es utilizado en “la alta cocina… tiene una gran riqueza en su contenido de fructuosa, que es un azúcar que pueden consumir fácilmente los diabéticos, porque no les incrementa los niveles de glucosa, al contrario, la fructuosa no requiere del consumo de la insulina para regular los niveles de azúcar o glucosa. Es un producto que pueden utilizar bebés de dos o tres meses de edad o ancianitos en su dieta cotidiana como dulce de cajeta, usándolo en bebidas, en su comida… Es muy sabrosa, por cierto”. Sólo hay tres empresas que fabrican miel de agave. La mayor parte de la producción es de exportación, porque en México aún no hay cultura para el consumo de ese tipo de productos.

  –Si hay tantos derivados del agave, ¿por qué los agaveros se aferran a que su producto sólo lo compren los tequileros?
–Porque estos son usos emergentes… Después de que se cuece la fibra de agave (para el tequila), ésta se puede reutilizar para producir bioetanol. Este desecho, volviéndolo a hidrolizar es posible darle múltiples usos, como para el automóvil, rellenos, papel e incluso, junto con la linaza, sirve para compostas. Si la desinfectan, pueden generar fibras dietéticas. El agave en crudo puede ser un prebiótico… ayudaría a una alimentación más sana y prevendría el cáncer.  

Los productos derivados del agave están en auge. Es un nicho de mercado específico que busca opciones diferentes y orgánicas para el consumo humano, abriendo la posibilidad de comercializar productos con valor agregado como miel, néctar y fructanos o inulina.

El jarabe o néctar de agave se usa principalmente como sustituto orgánico del azúcar, y la inulina es una fibra no digerible que actúa como prebiótico y ayuda al sistema digestivo; ambos productos se exportan a países de Europa, Asia y EUA.

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