MATRIARCADO
Hay numerosos ejemplos por todo el mundo en el que las mujeres, en diferentes esferas de su comunidad, son la base y juegan un papel central. ¿Pero qué es el matriarcado? ¿Son, en verdad, matriarcados, o sólo se trata de un mito occidental?
Hace 13 años, un grupo de mujeres en Kenia creó la aldea de Umoja que significa “la unidad”, en el idioma swahili. Una aldea dirigida completa y exclusivamente por mujeres, donde sentirse protegidas del maltrato y donde ir en busca de ayuda o simplemente consejo.
Rebecca Lolosoli es la matriarca de este pueblo. A los 13 años de edad fue obligada a casarse con un hombre que le triplicaba en edad. Violada y abandonada a su suerte, supo luchar por sus ideales y crear esta aldea con ayuda de sus compañeras.
Los Mosuo, en China, viven en la región del lago Lugu, un lugar aislado (hoy día para llegar hacen falta 9 horas en jeep) que ha permitido que el sistema de línea materna floreciera y perdurara. Es, quizá, el legado de una época en la que era frecuente que los padres murieran en guerras, vivieran como nómadas o fueran monjes budistas. En ausencia de los hombres, las mujeres recogían las cosechas, daban de comer a las familias e imponían las normas.
Juchitan está en Oaxaca, México. La expectativa de vida es la más alta de México. El 81.6% de los niños están bien alimentados, algo llamativo teniendo en cuenta que la desnutrición infantil en otros lugares de México llega al 80%.
El comercio tradicional en Juchitán ha estado y está en manos femeninas, y se basa en la buena comida autóctona y en la economía de prestigio. En Juchitan se celebran mas de 600 fiestas al año, en las que se produce una constante redistribución de la riqueza material y humana. El honor y prestigio se adquiere mediante estas suntuosas fiestas de abundante comida y bebida.
Las mujeres exiliadas de Sáhara Occidental son los pilares sobre los que se asientan los campamentos de refugiados. Los Comités y Subcomités están dirigidos prácticamente por mujeres en todas las dairas. Ellas mantienen en pie las jaimas, articulan la vida social y económica de los campamentos y llevan, en definitiva, la administración de una supervivencia digna durante los casi 40 años que dura el exilio.
Mujeres maquiladoras.
Pese a ello, las ganancias que logran las mujeres son poco sustantivas; sus ingresos en la mayor parte son complementarios y siempre en la lógica de adaptación a las necesidades de la familia.
Si bien las jefas del hogar en estos sectores alcanzan cierta autonomía, ésta se ve limitada por las obligaciones que deben enfrentar.
En el artículo –realizado a partir de entrevistas a mujeres y hombres– se establece que las empleadas en las maquiladoras en Tijuana se enfrentan a estereotipos negativos y “desvalorizantes” del rol que desempeñan por ser mujeres trabajadoras.
A lo que se suma el rechazo de las personas cercanas a ellas por replantear el papel de las mujeres trabajadoras, tanto en las relaciones de pareja como en las negociaciones de los roles en la familia, ya que según la autora muchas relaciones se guían aún por el papel de subordinación que la mujer “debe” tener en la relación.
La también investigadora del Departamento de Estudios Sociales de El Colegio de la Frontera Norte establece que Tijuana, al ser una “ciudad de paso”, proporciona a sus habitantes condiciones de vulnerabilidad y desigualdad social.
Igualdad de genero
“La igualdad de género es un principio constitucional que estipula que hombres y mujeres son iguales ante la ley”, lo que significa que todas las personas, sin distingo alguno tenemos los mismos derechos y deberes frente al Estado y la sociedad en su conjunto.
Sabemos bien que no basta decretar la igualdad en la ley si en la realidad no es un hecho. Para que así lo sea, la igualdad debe traducirse en oportunidades reales y efectivas para ir a la escuela, acceder a un trabajo, a servicios de salud y seguridad social; competir por puestos o cargos de representación popular; gozar de libertades para elegir pareja, conformar una familia y participar en los asuntos de nuestras comunidades, organizaciones y partidos políticos.
En 1979 de la Convención para la Eliminación de todas las formas de discriminación(CEDAW, por sus siglas en inglés) porque sintetiza el conjunto de derechos que los Estados deben garantizar a las mujeres en materia civil, política, económica y social.
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